Reflexiona sobre tu Narrativa:
Dedica tiempo a pensar en cómo has construido tu historia personal. ¿Qué eventos han sido significativos para ti? ¿Cómo los has interpretado?
Acepta tus Emociones:
En lugar de juzgar o reprimir tus emociones, intenta entender qué te están diciendo sobre ti mismo y tu experiencia.
Busca Coherencia:
Trata de integrar tus pensamientos, emociones y experiencias en una narrativa que tenga sentido para ti.
Considera la Terapia Post-Racionalista:
Si sientes que tus narrativas personales te limitan o causan malestar, considera buscar un terapeuta especializado en este enfoque.